viernes, 25 de diciembre de 2015

Mi abejorro

Mi abuelo siempre fue muy creyente.

Creyente en todo... 

Nunca tuvo una buena educación, supongo que sería por eso... 

Él sólo recibió algunos años de primaria, pero por su innata rebeldía y necesidad dejó todo y empezó a trabajar con sólo 6 años vendiendo pescado en el puerto, o eso creo recordar que me dijo... 
Mi madre me cuenta que también trabajó llevando la comida a sus hermanos desde la Isleta hasta Tamaraceite, donde estaban las tomateras donde trabajaban.

Ése sería el primer trabajo de una de las personas a las que más he admirado en el mundo.

Siempre quise muchísimo a mi abuelo,  aguantaba todas las locuras de mi abuela y encima nos hacía reír con sus múltiples payasadas...

Siempre era el que alegraba las navidades, cantando polcas, poniendo caras graciosas o simplemente riendo por todas las boberias de sus tres nietas...

Por problemas familiares fuimos sus únicas nietas durante muchísimos años y él nos quería muchísimo, éramos "la luz de sus ojos" y aunque siempre estaba discutiendo con mi abuela siempre decía que él estaba enamoradísimo de ella y que era el amor de su vida.


Recuerdo una historia que me contó estando en el hospital, era algo así como que había ido a la tienda del barrio a comprar porque su  madre se lo había pedido y cuando llegó a la tienda y fue a comprar algo a granel, el dependiente, que conocía a su familia le dijo que hasta que no pagara lo que le debía no le dejaba comprar nada más, además añadió algo así como que eran unos muertos de hambre y que no eran de fiar... 

(Para que entiendan su situación económica, en la familia de mi abuelo eran ocho hermanos y su padre murió cuando él tenía 12 años, además, en las tiendas de antes se "fiaba", es decir, que aunque no llevaras dinero encima  en ese momento podías comprar, porque se conocían todos y confiaban en que lo pagarían antes o después)

Entonces mi abuelo, muy dolido porque la madre no le había dicho nada de esa situación, se fue sin comida y a los pocos meses, habiéndose partido la crisma trabajando de más todos los días para pagar su deuda fue a la tienda y le pagó, dejándole claro al dependiente que si le debían dinero era porque no tenían y realmente estaban pasando por  un momento difícil, no porque no fuesen de fiar...

No soportaba deber nada a nadie, era una persona de fiar, honesta, trabajadora y fiel y es normal que yo hable así de él cuando les digo que lo adoraba...


Esto no viene a cuento con el tatuaje, era solamente para que conocieran un poquito a mi abuelo y lo buena persona que era...

Ahora si, contaré la historia de por qué un abejorro;
Un día de verano, estaba mi abuelo en la casa de Teror subiendo una especie de viga grande y pesada con un sistema de cuerdas a la parte alta de la casa.
Él estaba subido a una escalera de obra y empezó a oír el zumbido de un abejorro de culo blanco, de esos autóctonos canarios... Los Bombus Canariensis:



Él decía siempre que si aparecía uno de éstos, traería buena suerte
Y así fue...
Molesto por el constante zumbido, bajó de la escalera y justo cuando bajó, se calló la viga super pesada encima de la escalera, salvándole la vida a mi abuelo.

Él me contó varias veces esta historia y yo siempre me quedaba muy sorprendida, pero no por el hecho en si, sino por la inocencia de que él de verdad creía que había sido el abejorro que le había salvado la vida. El abejorro que traía buena suerte.

Él murió el 10 de marzo de este mismo año y mi hermana pequeña y yo queríamos dedicarle un rinconcito de nuestro cuerpo a Blas González Torres, el mejor abuelo que pudimos tener. 
Meses después recordando antiguas anécdotas decidimos simbolizarlo de alguna manera con el Bombus Canariensis. 
Es algo autóctono, bonito, "da buena suerte" y me permitió conocer a mi abuelo salvándole de morir aplastado.

Es algo de lo que nunca me arrepentiré.

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